Pensar en la digitalización sin Big data es algo inimaginable. En los próximos cinco años, la cantidad de información que manejamos a nivel mundial aumentará a 160 billones de gigabytes, un número que las empresas requieren manejar, organizar y controlar con urgencia para no perderla. Por esto, la gestión de datos se torna como el paso clave para digitalizar la empresa siendo cada vez más necesaria, ya que asegura el buen funcionamiento logístico de las compañías.
No basta con tener los datos. Para encontrar respuestas hay que saber qué preguntas hacer y cómo formularlas. Es decir, es necesario comprender la lógica del mundo digital y qué tecnología necesitamos para extraer de los datos la información relevante para la toma de decisiones empresariales.
Lo cierto es que en el Adn de Big a Data está su capacidad de entregar un flujo constante de informacion por el medio del cual traducirse en multiples diferentes conslusiones, y más alla de las ventas, está la oportunidad de reinvertar negocios. Pero para eso se necesitan las arquitecturas digitales como vehículo principal.
La herramienta analítica es tan importante que una vez que una empresa tiene las herramientas para analizar conjuntos de datos grandes o pequeños, la empresa puede comenzar a avanzar en su transformación digital.
Sin duda uno de los activos más importantes de Big data es el papel que juega en la transformación digital. Esto porque proviene de la capacidad de una organización para combinar ambos elementos en sus esfuerzos para permitir tanto la digitalización como la automatización de las operaciones comerciales. Esta digitalización y automatización es lo que mejora la eficiencia, estimula la innovación y conduce a nuevos modelos comerciales.
La DATA es lo primero y ordenarla es clave, por eso manejar información en grandes cantidades hace más difícil el trabajo análogo de los profesionales, quienes cada día comprenden que llevar los datos del papel a lo digital es la solución para hacer crecer el negocio.
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