Es frecuente que para medir la competitividad en las empresas, se evalúe cuán avanzados o rezagados están en cuanto a la adaptación de la tecnología. Sin embargo, muchas empresas no conocen cuál es su verdadera posición en este modelo, o qué pueden hacer para evolucionar y convertirse en organizaciones más innovadora.
Si se toma el modelo de adopción tecnológica, la mayoría de las organizaciones, y sus integrantes, se clasifican en una estas categorías: “mayoría temprana”, un segmento importante de la población que adopta una tecnología innovadora después de un período significativo de tiempo, o “mayoría tardía”, que sólo adopta una nueva tecnología después de que la mayoría de la población la ha probado.
Se podría pensar que una empresa es tan innovadora como los miembros menos innovadores de su equipo. En pocas palabras: los rezagados son el eslabón débil del modelo de adopción de tecnología en las empresas.
Desde el punto de vista de la cultura organizacional, las empresas frecuentemente se encuentran atrapadas en un dilema que las paraliza: ¿Debemos adoptar tecnología para transformar nuestra cultura corporativa, o ¿es necesario crear una cultura que integre y fomente las nuevas tecnologías? La respuesta es ambas cosas.
No existe una sola fórmula o definición de adopción y adaptación de la tecnología que aplique para todos. Por un lado, esto se debe a que las empresas y sus empleados rara vez son agentes estáticos; tienden a desplazarse hacia adelante y hacia atrás a lo largo de la curva de adopción de la tecnología. Por otro lado, dentro de las mismas organizaciones hay algunas áreas que son más innovadoras que otras, pero también las áreas y los equipos están conformados por miembros que muestran una mayor apertura a la innovación y adopción temprana de tecnología y otros miembros que no. Este es un aspecto clave y complejo que cada organización debe tener en cuenta al analizar y determinar el ciclo de vida de su adopción tecnológica.
Desde la perspectiva de Recursos Humanos, una organización necesita identificar a los miembros del equipo que son capaces de reconocer una idea innovadora, entender los beneficios que implicaría para la organización, y fomentar la aceptación del cambio, entre el resto de los miembros del equipo, especialmente los rezagados y los que adoptan la tecnología tardíamente.
Esto significa no solo recompensar y motivar a los innovadores y los adoptadores tempranos por hacer lo que les resulta natural, sino también crear un entorno en el que los rezagados y los adoptadores tardíos tengan menos resistencia a los cambios, sientan que corren menos riesgos y se empoderen para pensar en grande.
Para los líderes de Recursos Humanos, existen soluciones tecnológicas que pueden digitalizar eficazmente las interacciones de los empleados dentro de la organización y así identificar aquellos grupos o individuos que se destacan como innovadores o adoptadores tempranos.
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