Automatizar procesos soluciona, mejora y optimiza los negocios. Cuestiones como la eficiencia de las personas, mejora de los procesos, apertura de nuevas vías de negocio, mejora la relación con los clientes, son algunas de las bondades de los procesos de automatización. Sin embargo, no siempre eso es viable ni soluciona todos los problemas.
Como cualquier proceso, la automatización también requiere planificación, definición de objetivos y prioridades. Automatizar sin estas etapas, puede llevar a muchas frustraciones internas, con colaboradores y socios. Empezar con los procesos más simples o con baja frecuencia de ejecución, muchas veces son buenos candidatos para automatización. Estos pequeños procesos, que no requieran de una gran inversión, pueden ayudar a tener una visión más clara y tangible de las ventajas de un proceso de automatización de los negocios.
También existen situaciones en que la inversión en automatización puede exceder los beneficios. Es preciso evaluar bien los procesos, pues en esos casos, si no hay un retorno claro y cuantificable, mejor pensar muy bien si es necesaria o no la automatización. Si no hay una correcta planificación, en algunos casos, la automatización crea barreras para los clientes o los empleados. En lugar de facilitar, acaba sembrando la decepción. En esos casos, también es necesario evaluar hasta qué punto es interesante automatizar un proceso.
Antes de iniciar un camino en la automatización es bueno pensar desde el punto de vista estratégico. Existen tres variables esenciales:
-¿Qué se quiere que solucione el proceso de automatización?
-¿Qué tareas son aquellas que ralentizan el negocio y se pueden automatizar?
-¿Qué sistema es susceptible de cambiar y cómo es la rutina para no cambiar el paso de todo el negocio?
En ST tenemos una vasta experiencia en ayudar a implementar diferentes procesos con una metodología continua. Nuestro servicio está enfocado en comenzar con un proceso pequeño y en una metodología de implementación continua.
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